Historias

Otro córner, otro suicidio olímpico

El festejo de Lautaro Acosta, que le dio a la Argentina la clasificación a los Juegos Olímpicos, llegó tras un córner y despertó los fantasmas de un tanto histórico también ante Uruguay.

Por Redacción EG ·

29 de enero de 2007

Como un extraño designio del destino, futbolero al menos, los Juegos Olímpicos estan ligados a la tradicional rivalidad de argentinos y uruguayos.
 
Esta vez fue el pibe Lautaro Acosta, de Lanús, quien cabeceando una pelota enviada desde el córner dejó afuera de la cita de Pekín 2008 a Uruguay que ostenta el doble título olímpico tras las conquistas de los Juegos de París, en 1924, y Amsterdam, en 1928.
 
Pero hay un antecedente que no por antiguo deja de terner trascendencia. Después de haber ganado la medalla dorada en fútbol en la capital francesa, la selección celeste se presentó en Buenos Aires para jugar un amistoso con un combinado argentino.
 
El partido se disputó el 2 de octubre en la vieja cancha de Sportivo Barracas y la victoria le correspondió al equipo albiceleste por 2-1. Pero lo curioso, y vinculante con esta heroica conquista de Acosta, es que el primer gol argentino fue logrado también  por un tiro de esquina pateado por Césareo Onzari, delantero de Huracán, pero aquella vez  nadie tocó la pelota -que ingresó directamente en el arco uruguayo- algo inédito hasta esa histórica tarde porteña de 1924, y por eso se lo bautizó como “gol olímpico”.
 
Ocho décadas después de aquel frustrado festejo en Buenos Aires de su hazaña olímpica, Uruguay, ahora en Asunción, se queda sin la posibilidad de participar en los Juegos que más le gustan. El esquinazo del dolor, como reza el tango.Carlos Poggi